¿ESTÁ CONTAMINADA EL AGUA DE LLUVIA?

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¿ESTÁ CONTAMINADA EL AGUA DE LLUVIA?

En Canal de Isabel II hemos tomado muestras y analizado las características del agua de lluvia en diferentes puntos de la red de drenaje, con sorprendentes resultados


Apoyándonos en los datos obtenidos, hemos establecido un sistema que puede anticipar la contaminación de las lluvias futuras

Vayamos directamente al grano: el nivel de contaminación del agua de lluvia en una ciudad como Madrid puede ser incluso más elevado que el del agua residual en tiempo seco. Es la gran conclusión a la que hemos llegado en Canal de Isabel II tras tomar muestras y analizar las características del agua de lluvia en diferentes puntos de la red de drenaje urbano.

No tiene por qué ocurrir siempre, pero, a veces, los picos de contaminación del agua de lluvia están por encima incluso de los picos de contaminación del agua residual. Tanto la DBO, la DQO (parámetros de referencia para medir la contaminación en un líquido) como los sólidos en suspensión pueden ser más altos en el agua precipitada que en el agua residual normal.

En realidad, no debe sorprendernos que las aguas de escorrentía porten impurezas, más si cabe en una ciudad como Madrid. La precipitación de contaminantes atmosféricos, el arrastre de contaminación difusa o la suciedad que elimina la lluvia de calles y tejados son los principales causantes de este fenómeno. Sin embargo, aun asumido este hecho, se desconocía hasta qué punto podía estar contaminada esta agua. «Con este proyecto queríamos saber cómo de contaminada está el agua de tormenta cuando la recogemos en colectores, tanques y resto de infraestructuras de drenaje urbano», declara nuestro compañero Antonio Lastra, coordinador de Innovación en Red.

Para ello, hemos tomado muestras de distintas tipologías de lluvia en diferentes puntos de la red. Lo hemos hecho cada pocos minutos en días de precipitaciones, aunque el proceso no ha sido nada sencillo, pues los caudales que vienen por los grandes colectores hacen que sea complicado tomar esas muestras y hallar las concentraciones exactas de contaminación.

Apoyándonos en los datos obtenidos con este estudio, hemos podido establecer un sistema que puede anticipar la contaminación que van a tener las lluvias futuras. De esta forma, según el tipo de lluvia prevista, las áreas de depuración pueden preparar la operativa más adecuada para evitar problemas de capacidad en las depuradoras y tratar el agua residual para devolverla en condiciones óptimas a los cauces. De esta forma, además, evitamos consumir más energía de la necesaria en el proceso. 

Si el análisis de las aguas de lluvia nos ayuda a planificar los recursos para eliminar las cargas contaminantes, igual de importante es prever cuándo van a producirse precipitaciones, sobre todo si van a ser intensas. No es algo que pueda dejarse a la intuición meteorológica, claro está. Por eso, para anticiparse a estos escenarios, contamos con un sistema de detección temprana de lluvias intensas.

Este modelo de detección se basa en el uso de radares meteorológicos que cubren un radio de 65 kilómetros cada uno, con los que abarcamos la práctica totalidad de la Comunidad de Madrid. Estos dispositivos, unidos a los pluviómetros clásicos, nos permiten pronosticar, con hasta 4 horas de antelación, la forma e intensidad aproximada de las precipitaciones venideras, y la zona donde se producirán.

Gracias a estos avances técnicos y a la versatilidad de nuestras infraestructuras de saneamiento (tanques de tormentas, depuradoras en cascada, colectores, aliviaderos, baipases, etc.), podemos identificar aquellas operaciones que, de manera global, permiten hacer una mejor gestión de las instalaciones y del proceso de depuración. ¿El resultado? Prevenimos un hipotético colapso de las depuradoras y conseguimos sanear convenientemente el agua residual que llega a estas plantas. Quien más lo agradece es el medioambiente; en concreto, los ríos de la región.