FUENTE DEL RÍO LOZOYA: HOMENAJE A LA TRAÍDA DE SUS AGUAS A MADRID

FUENTE DEL RÍO LOZOYA: HOMENAJE A LA TRAÍDA DE SUS AGUAS A MADRID

FUENTE DEL RÍO LOZOYA: HOMENAJE A LA TRAÍDA DE SUS AGUAS A MADRID

Este conjunto escultórico que embellece la fachada principal del Primer Depósito, antaño, permanecía separado de la acera por una vallado; en el año 2025, Canal de Isabel II reacondicionó el monumento para crear una zona de uso público a su alrededor y reivindicar su valor histórico


Cuenta con esculturas de Sabino de Medina, Andrés Rodríguez y José Pagniucci

Hay quien considera la fuente del Río Lozoya una versión más modesta de la Fontana di Trevi de Roma. La comparativa, lejos de ser osada, encierra una idea no tan descabellada, pues hay motivos de peso para pensar que el colosal monumento romano sirvió de modelo e inspiración para esta obra conmemorativa de la creación del Canal de Isabel II y, más concretamente, de la llegada de las aguas del Lozoya hasta Madrid.

La fuente mural se ubica en la fachada oriental del Primer Depósito, a la altura del númeto 49 de la calle Bravo Murillo. Concebida por el ingeniero Juan de Ribera, está formada por una pila semicircular de piedra blanca de unos 10 metros de diámetro y 70 centímetros de profundidad, y por un lienzo vertical de estilo neoclásico que cuenta con tres hornacinas enmarcadas por dobles pilastras de piedra.

Esta composición otorga el protagonismo a tres esculturas que representan el Lozoya y los usos del agua. En el centro, la figura de un joven coronado de laurel, obra de Sabino de Medina, simboliza el propio río, majestuoso, eterno, sereno. A un lado, la Agricultura, obra de Andrés Rodríguez, nos habla de la fertilidad y la abundancia que trae el agua. Al otro, la Industria, esculpida por José Pagniucci, nos recuerda que el agua también impulsa el desarrollo y la transformación de Madrid.

Este excepcional conjunto arquitectónico y escultórico comenzó a construirse en 1856, cuando ya estaban levantados los muros perimetrales del depósito, y se dio definitivamente por concluido en 1860, cuando se instaló la versión definitiva de las esculturas laterales. Para entonces, el depósito ya estaba en servicio y la ciudad había empezado a beber el agua del Canal.

Durante muchos años cohibida detrás de una valla perimetral, desde julio de 2025 la fuente del río Lozoya puede contemplarse en todo su esplendor, sin filtros ni obstáculos visuales de por medio, gracias a las actuaciones de remodelación acometidas por Canal de Isabel II para crear una zona estancial de libre acceso a su alrededor. Esta actuación ha permitido acondicionar la zona para su uso público respetando todos los condicionantes dictaminados por la Comisión Local de Patrimonio Histórico para la protección del monumento y de sus inmediaciones.

El depósito y su ornamento, unidos por la historia

El Primer Depósito, en cuya fachada principal se levanta la fuente, es una de las infraestructuras originales del proyecto de creación del Canal de Isabel II. Inaugurado por la reina el 24 de junio de 1858, día de celebración de la llegada del agua del Lozoya a la capital, su diseño fue uno de los más avanzados de Europa.

Aunque se proyectó con una capacidad inicial de 44.000 metros cúbicos, la edificación final tenía unas dimensiones suficientes para almacenar hasta 58.000 metros cúbicos de agua. El interior del depósito estaba revestido y la cubierta se asentaba sobre bóvedas de cañón que descansaban sobre más de 400 pilares de ladrillo.

Contaba con dos compartimentos comunicados entre sí para posibilitar la toma desde uno u otro y facilitar las labores de mantenimiento (a veces era necesario aislar uno de los vasos para limpiar el otro). Desde estos compartimentos partían sendas tuberías de casi 3 kilómetros de longitud que conectaban con la puerta de Bilbao, punto desde donde comenzaba a ramificarse una incipiente red de distribución.

La infraestructura, sin embargo, tuvo un final prematuro: al cabo de los años se vio achacada por filtraciones en el muro divisorio que fueron dificultando su funcionamiento. Se realizaron esfuerzos para solucionar estas deficiencias hasta que, en 1894, y ya con el Segundo Depósito en servicio, este depósito primigenio se desaguó por completo. En 1903 se llegó a plantear su demolición, extremo que, afortunadamente, nunca se llevó a cabo.

Una vez desfasada su utilidad original, el interior del Primer Depósito cumple en la actualidad otra funcionalidad bien distinta, pues a principios de los años 90 del pasado siglo, una parte de su superficie fue rehabilitada para albergar el Archivo General de Canal de Isabel II.


<p><em>Fuente mural del río Lozoya</em></p>

Fuente mural del río Lozoya


<p><em>Alegoría del río Lozoya, esculpida por Sabino de Medina</em></p>

Alegoría del río Lozoya, esculpida por Sabino de Medina


<p><em>Detalle del cántaro por el que brota el agua</em></p>

Detalle del cántaro por el que brota el agua


<p><em>Alegoría de la Industria, esculpida por José Pagniucci</em></p>

Alegoría de la Industria, esculpida por José Pagniucci


<p><em>Alegoría de la Agricultura, esculpida por Andrés Rodríguez</em></p>

Alegoría de la Agricultura, esculpida por Andrés Rodríguez


<p><em>Vista nocturna del monumento</em></p>

Vista nocturna del monumento