QUÉ SON LAS BOLAS DE SOMBRA Y POR QUÉ MEJORAN LA CALIDAD DEL AGUA

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QUÉ SON LAS BOLAS DE SOMBRA Y POR QUÉ MEJORAN LA CALIDAD DEL AGUA

Hemos recubierto dos zonas del embalse de Manzanares con 10.000 de estas bolas y hemos comprobado que no solo reducen la evaporación del agua, sino que también mejoran su calidad


Las bolas tienen 10 centímetros de diámetro y están parcialmente llenas de agua

Aunque pueden parecer bolas de un parque infantil, las llamadas shade balls no están pensadas para el entretenimiento. Nada que ver, de hecho. Se utilizan fundamentalmente como instrumento para mitigar la evaporación en balsas de riego.

Eso sí, estas bolas de sombra nacieron originariamente con un propósito muy distinto. En un principio, se empleaban en pequeños estanques cercanos a aeropuertos para evitar que las aves acuáticas merodeasen las pistas de despegue y aterrizaje. Por ese motivo, se las conocía como bird balls.

Las bolas, de 10 centímetros de diámetro y con una vida útil de 25 años, están fabricadas con polietileno de alta densidad, un material autorizado para entrar en contacto con el agua sin que presente ningún riesgo para la salud.  Con el fin de reforzar su estabilidad y evitar que salgan volando cuando sopla el viento, están parcialmente llenas  de agua.

Pues bien, en Canal hemos recubierto dos zonas del embalse de Manzanares con más de 10.000 de estas pelotas para comprobar sus efectos sobre la evaporación y sobre la calidad del agua.

¿Qué hemos observado en las zonas cubiertas por las bolas de sombra? En primer lugar, una clara disminución del crecimiento de algas, causada por la limitación de entrada de luz solar. Y como consecuencia de la menor productividad de algas, también hemos detectado una menor concentración de oxígeno disuelto y una mayor presencia de metales.

Lejos de lo que pueda parecer, esta alteración acarrea beneficios para las estaciones potabilizadoras de agua. Como explica David Galán, uno de los involucrados en el proyecto, “para una ETAP es preferible un incremento de metales frente al de algas, sobre todo cuando estas pueden dar lugar a compuestos que producen olor o biotoxinas”.

Teniendo en cuenta las repercusiones positivas de recubrir el agua con bolas de sombra, surge la pregunta del millón: ¿sería viable en Canal cubrir todo un embalse para reducir la evaporación y, a su vez, contribuir a una mejor calidad del agua?  Para David Galán, la respuesta no deja dudas: “A esa escala, no. En la Comunidad de Madrid no tendría sentido por su impacto ambiental, la excesiva fluctuación del nivel del agua en los embalses y el tremendo coste que supondría. No estamos hablando de depósitos o balsas aisladas”.

Sin embargo, nuestros expertos creen que las bolas sí serían rentables en las zonas circundantes a las torres de toma, de donde se capta el agua que posteriormente se deriva para el consumo. Aquí, el coste de implantación sería relativamente bajo y las shade balls contribuirían, presumiblemente, a reducir el gasto en reactivos químicos durante el proceso de tratamiento.

Infografía funcionamiento bolas de sombra dentro de una estructura llamada limnocorral