LA ESTATUA DESCONOCIDA DE MANZANARES EL REAL

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LA ESTATUA DESCONOCIDA DE MANZANARES EL REAL

La escultura de esta enorme aguadora, realizada como homenaje al Marqués de Santillana y localizada en las inmediaciones de la presa, se trasladará a una ubicación más visible


La figura es obra del escultor madrileño Ramón Lapayese

Camuflada en la maleza, en el municipio madrileño de Manzanares El Real, en el año 2019 apareció como de la nada una estatua de grandes dimensiones, hasta entonces desconocida, de lo que parecía ser una aguadora. ¿Desde cuándo estaba allí? ¿Quién y por qué se había esculpido? 

Nuestros compañeros del Área de Gestión Documental no tardaron en hallar la respuesta. Descubrieron que la obra nació de la voluntad de la reverenda Cristina de la Cruz, que quería hacerle un homenaje a su padre, el Marqués de Santillana, por el centenario de su nacimiento.  

Aprobado el plan de erigir el monumento, se eligió por unanimidad una de las maquetas presentadas por el artista madrileño Ramón Lapayese. El presupuesto ascendía a 1.275.000 pesetas

La obra final fue construida y levantada a tiempo para que pudiera formar parte de los actos de inauguración de la nueva presa de Manzanares, programados para el día 14 de junio de 1971.  

Ahora, casi medio siglo después de haber sido esculpida, esta estatua tan característica volverá a ocupar un lugar visible en el paisaje madrileño: nos vamos a encargar de limpiarla y trasladarla desde su ubicación actual, escondida y camuflada entre encinas, a un enclave más acorde, en las inmediaciones de la presa, donde podrá lucir como merece. 

RAMÓN LAPAYESE

El escultor del monumento de la aguadora, Ramón Lapayese (Madrid 1928 – Miami 1994), fue hijo del también artista José Lapayese. Este vínculo familiar le condujo de manera precoz al taller de su progenitor, donde obtuvo su primera formación artística. A los 14 años ya había esculpido su primera obra. 

En 1970, le fue concedido el Premio Nacional de Escultura. Fruto de este reconocimiento, las administraciones públicas se fijaron en su trabajo y le encargaron la ejecución de algunas obras monumentales como la que recientemente se ha encontrado en las cercanías del embalse.  

En 1979, Lapayese realizó un monumento similar que ponía fin a los trabajos del trasvase Tajo - Segura y que servía de homenaje a la figura del ingeniero Lorenzo Pardo, precursor de la unidad hidrográfica de España y de la interconexión de ambas cuencas. En ambos grupos escultóricos, Lapayese combinó la monumentalidad y la geometría del hormigón con las figuras de bronce. 

El escultor se trasladó a Miami en 1984, donde falleció diez años después. Su obra más importante de este periodo fue un enorme Cristo que realizó para la catedral de Mérida, México.