ASÍ FUNCIONA UNA ESTACIÓN DE TRATAMIENTO DE AGUA POTABLE

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ASÍ FUNCIONA UNA ESTACIÓN DE TRATAMIENTO DE AGUA POTABLE

Por muy buena que sea la calidad del agua en su origen, como sucede en la Comunidad de Madrid, necesita ser debidamente tratada antes de que podamos beberla


En Canal de Isabel II gestionamos 14 estaciones de tratamiento de agua potable

Según la Organización Mundial de la Salud, para que el agua sea considerada potable debe cumplir los siguientes requisitos: no debe contener sustancias nocivas para la salud (contaminantes biológicos, químicos o radiactivos), debe tener una proporción adecuada de gases y de sales minerales disueltas y, lo que todos podemos percibir a simple vista, tiene que ser incolora, inodora e insípida

De acuerdo con estas premisas básicas, gran parte del agua dulce disponible en el planeta no se puede consumir sin antes pasar por un proceso de potabilización. Pero transformar el agua bruta procedente de los embalses y otras captaciones en agua apta para el consumo humano es una ardua tarea y conlleva una importante responsabilidad a nivel sanitario y medioambiental. Esto se consigue a través de diferentes procesos que se llevan a cabo en las estaciones de tratamiento de agua potable (ETAP). 

En la Comunidad de Madrid contamos con un factor a nuestro favor, pues tanto las aguas superficiales como las subterráneas que tratamos en Canal tienen, ya en origen, una excelente calidad. Esta calidad se ve incrementada en nuestras 14 ETAP, cuya capacidad y tecnología permiten tratar el agua procedente de cualquier fuente de suministro.

Pero ¿cómo funcionan las plantas potabilizadoras? El tratamiento de las aguas se realiza mediante una serie de procesos encadenados que dependen de las características del agua a tratar. La secuencia más habitual del mismo es la siguiente: 

  • Preoxidación 

Se introduce en el agua un agente químico oxidante. Este es capaz de eliminar cualquier materia que pueda oxidarse, tanto orgánica como inorgánica. 

  • Coagulación y floculación 

Se facilita la agrupación de las partículas responsables del color y la turbidez del agua. 

  • Decantación 

Con el agua casi en reposo y a través de la acción de la gravedad, se depositan en el fondo las partículas y agrupaciones formadas en el proceso anterior, formando un fango o lodo que se extrae para ser tratado posteriormente. Esto se realiza en lechos de secado en las plantas de tratamiento de fangos.  

  • Filtración 

Se retienen las partículas que no pudieron ser extraídas en el proceso anterior haciendo pasar el agua por unos filtros. 

  • Neutralización 

Se ajusta la acidez del agua mediante reactivos químicos para evitar que corroa las tuberías. 

  • Desinfección final 

Se añaden otros reactivos, normalmente cloro y amoniaco, para eliminar los microorganismos que hayan podido sobrevivir a los procesos anteriores y garantizar la calidad del agua durante todo el recorrido por la red de distribución. 

Además, en instalaciones como la ETAP de Navacerrada, capaz de tratar 86.000  metros cúbicos al día, estos procesos de siempre conviven con otras innovaciones como la colocación de bolas de sombra sobre el agua depositada en los decantadores. Aquí, todo gira en torno a la calidad del agua, garantizada gracias al trabajo de los operarios que trabajan en la planta y al control permanente de todos los procesos.

Pueden dar fe de ello, Emilio Arenas, responsable de Operación de las ETAP de La Jarosa y Navacerrada, o Alberto San Román, oficial operador de la ETAP de Navacerrada. Ambos son los protagonistas de este vídeo, en el que se repasa la labor diaria que ejecutan ellos y el resto de sus compañeros para mantener en funcionamiento esta importante instalación.